1. Conoce bien a tu cliente
Conoce sus necesidades, gustos y preferencias, por lo que ellos te comuniquen, no asumas. Deja hablar a tu prospecto y recaba información que podrás utilizar más adelante.
Recuerda que estas frente al cliente para resolverle un problema, si lo logras entonces cerraras la venta, dedícale el tiempo necesario a ofrecer tu servicio, comunica las soluciones mas no las características de tu producto/servicio, El cliente notará tu interés genuino de conocer el problema y ayudarlo a resolverlo.
2. Cuida tu lenguaje corporal en todo momento
Está científicamente comprobado que en un proceso de comunicación el 55% es lenguaje corporal, el 28% la entonación con la que hablas y solo el 17% las palabras que dices. Si tienes confianza en ti y tu solución el cliente lo notará si es lo opuesto también se dará cuenta.
Cuida y se consciente en todo momento de tus palabras, tu aspecto y sobre todo tu lenguaje corporal, mira siempre a los ojos, mueve la manos pero sin exagerar, los brazos nunca cruzados ni mucho menos las manos en los bolsillos.
3. Muestra una actitud genuinamente interesada
Recuerda que son negocios no es personal, sin embargo el cliente debe sentir una conexión contigo. El cliente reaccionará según los estímulos que le das. Si demuestras un interés real en ayudarle a solucionar su problema ayudará a que se sienta conectado contigo.
Se siempre cortés incluso cuando ponga objeciones, tu interés debe ser solucionarle el problema NO simplemente en defender tu producto/servicio.
4. Proporciona información correcta
Ayúdale a tomar la decisión de compra a tu favor, con la información que le des debe sentir que la decisión más inteligente es consumir lo que le ofreces.
Facilítale la vida. Muchas veces, la persona no tiene 100% claro lo que necesita en realidad, solo lo que le duele, si tu producto es la solución hazlo saber y si no también. No mientas, es mejor ser claros y que el cliente sepa exactamente que esperar.
5. Si la venta no se cerró…
Si en ese momento no se cerró la venta, tranquilo. No todo resulta como lo quisiéramos aunque hagamos las cosas bien. Es parte de la vida. Así que tómale los datos, pero ten en cuenta que la próxima vez que te comuniques, no vas a hablar directamente sobre una decisión de compra o no. Al contrario, ese tema no lo menciones, en ese momento. ¿Te acuerdas que te dije que prestaras atención a todo lo que decía? Envíale algún dato interesante acerca de esa conversación que sea de su interés, la idea no es hostigarlo, es prestarle un servicio que le va a resolver un problema.
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